domingo, 15 de noviembre de 2009

Seguidores y leones

Me causa gracia -entre tantas cosas- escuchar los nombres que dan a los seguidores de algunos líderes (kirchneristas, macristas, menemistas, alfonsinistas, lilistas, duhaldistas). Tengo la sensación de que ya no hay más devotos de líderes y que esas filiaciones son efímeras, duran lo le dura el "poder "de quien se puso a conducir. Que el uso de esos términos hoy es una rémora de nuestra cultura caudillesca, militarista, patriarcal, que se pretende perpetuar a través de los medios. Es decir, no se asume que alguien sea afecto a un idea o fomar parte de un equipo, no, debe estar identificado con una persona, ser el seguidor, el perro fiel. Y en realidad, hay personajes en la política -por ejemplo- que fueron tomando distintos gentilicios a lo largo de su militancia.
Pero hay otra cuestión: ¿Gobiernan o gobernaron quien ostentan u ostentaron altos cargos? ¿Tienen el poder que nos quieren hacer creer que tienen? Lo dudo, creo que atribuirles el poder que se les atribuye es una más de las ilusiones que promueven quienes tienen el poder real, los que organizan la jugada, ponen las fichas y los crupieres.
Y si se me permite ser conspirativo: hay un acuerdo explícito o tácito entre los poderosos acerca de cómo deben ser las cosas, cómo debe ser la vida en sociedad, el tipo o la mina que quieren que seamos: una manga de idiotas felizmente sometidos, incapaces de detenerse en las trampas de las partidas que generan tantas injusticias y contradicciones.
Nuestros políticos solo tienen cierto marco de acción que les dura mientras (como decía alguien que prefiero olvidar) no le pisen los huevos al león o le pianten la mina que los deja gozar.
Y los leones tienen sus voceros, sus ideólogos, sus gerentes. Algunos intencionados, otros, tan precarios (por no usar otro término) que hasta ignoran que lo son.
Recomiendo un video: "La historia de las cosas" del que me cuesta compartir su costado ecologista (que es otro tema del que hablaré más adelante en mi siempre intención de opinar con descaro) pero que hace mención a ciertas cuestiones como estas que me atrevo a plantear.