lunes, 2 de junio de 2014

El miedo rector

Hace unos días me asaltó la idea de que cuando somos jóvenes nuestro cuerpo es flexible y nuestros pensamientos son más rígidos, estructurados, mientras que en la adultez nuestro cuerpo pierde la flexibilidad que ganan las ideas. Más tarde, claro, no queda mucho margen y tanto nuestro cuerpo como nuestras ideas se entumecen preparándose para desaparecer. Todo ese proceso está atravesado por el miedo. Cuando somos jóvenes tenemos una libertad corporal a la que el pensamiento teme. Ya adultos, nos atrevemos a pensar con mayor apertura, pero nos atemoriza el cuerpo. Al final de nuestras vidas, el cuerpo y los pensamientos son ganados por el miedo a la muerte. ¿Será solo el miedo el que determina la calidad de nuestros pensamientos? Seguro que no. Pero el temor no deja de ser un elemento de dominación. Para qué nos atemorizan sino para que nuestro pensamientos escapen a toda posibilidad de otras alternativas, minando la creatividad, el aprendizaje ¿Para qué avanzar? si pronto estaremos afectados por la amenaza.

miércoles, 16 de abril de 2014

Nadie resiste un archivo

Hace ya algunos años que vengo viendo por tevé y en las redes sociales la cuestión de “nadie resiste un archivo”. En general, se hace para demostrar que personas que pensaban de algún modo hoy lo hacen de otro. El que cuelga este tipo de comparaciones lo hace para denostar al otro, para decir: este tipo no tiene convicciones, solo tiene intereses y por eso cambia de parecer. Ahora bien, ¿no es natural que cambiemos de forma de pensar?, ¿no es natural que nos manejemos por intereses? Me dirán que hay intereses altruistas y de los otros, o intereses que benefician a más o menos gente, o que esos archivos vienen a decir que tal persona no es confiable, porque mañana puede cambiar de opinión, acomodarse a las circunstancias, traicionarnos.

Tengo algunos años y, por el solo hecho de pensar, o porque los hechos me han demostrado que estaba equivocado, cambié de parecer varias veces (creo que perdí la cuenta). Es decir, supongo que esa crítica viene de una mente conservadora, porque no cambiar se me hace imposible, casi dramático. Y me pasa que más que condenar a quien se cuestiona, cuestiono al cuestionador, al que no tolera los cambios, al que nos invita a la rigidez.