lunes, 2 de junio de 2014

El miedo rector

Hace unos días me asaltó la idea de que cuando somos jóvenes nuestro cuerpo es flexible y nuestros pensamientos son más rígidos, estructurados, mientras que en la adultez nuestro cuerpo pierde la flexibilidad que ganan las ideas. Más tarde, claro, no queda mucho margen y tanto nuestro cuerpo como nuestras ideas se entumecen preparándose para desaparecer. Todo ese proceso está atravesado por el miedo. Cuando somos jóvenes tenemos una libertad corporal a la que el pensamiento teme. Ya adultos, nos atrevemos a pensar con mayor apertura, pero nos atemoriza el cuerpo. Al final de nuestras vidas, el cuerpo y los pensamientos son ganados por el miedo a la muerte. ¿Será solo el miedo el que determina la calidad de nuestros pensamientos? Seguro que no. Pero el temor no deja de ser un elemento de dominación. Para qué nos atemorizan sino para que nuestro pensamientos escapen a toda posibilidad de otras alternativas, minando la creatividad, el aprendizaje ¿Para qué avanzar? si pronto estaremos afectados por la amenaza.